Un día después del incendio que el miércoles destruyó una mueblería de la localidad lucense de O Corgo, tanto su dueño, Manuel Valcárcel Toirán, como su hija, Susana, no podían ocultar su tristeza. A pesar de estar muy abatidos, ambos hablaron con los medios de comunicación, aunque expresaron su deseo de que la tensión informativa cediera cuanto antes. Segundos antes de entrar de nuevo en las ruinas de lo que hace dos días era una gran exposición de muebles, el propietario mostraba sus deseos de recuperar la actividad. «Quiero reflotar la empresa y abrir las puertas de nuevo en cuanto me sea posible», dijo en parte como un deseo.
La investigación del caso, centrada en un principio en encontrar las causas de un incendio presuntamente intencionado, sigue su curso a cargo de los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Lugo.
-¿Qué pasa por su cabeza un día después del incendio que destruyó su negocio de muebles?
-El deseo en el que más pienso ahora mismo es en reflotar la empresa cuanto antes. Ahora mismo todavía no se han evaluado los daños y por lo tanto desconocemos su alcance, pero lo que sí digo es que intentaré abrir las puertas para los clientes en cuanto me sea posible.
-¿Qué le dice que los indicios de la investigación apunten a que el fuego fue intencionado?
-De momento no se sabe nada a ciencia cierta, y hay que respetar al máximo el trabajo de la Policía Judicial que está encargada del caso. Lo que resulta evidente es que había una puerta con indicios de que había sido forzada y que la alarma no funcionó cuando en otras ocasiones lo hizo por causas mínimas.
-¿Qué sucederá con los cinco empleados que tiene en plantilla?
-Por desgracia, no tenemos otra salida, tal y como están las cosas, que mandarlos al paro mientras no se realizan los trabajos de acondicionamiento de la mueblería. Esperemos que esas labores acaben pronto y podamos reanudar la actividad con normalidad.
-Los daños materiales han sido muy importantes.
-Ahora mismo, la clave radica en conocer el estado en el que pueda encontrarse la cimentación que sustentaba el resto de la estructura. Resulta evidente que si la base no ha sufrido daños importantes levantar la edificación será mucho más sencillo. Si fuese preciso realizar toda la obra de nuevo el trabajo es mayor y, lógicamente, se dilatará mucho más.
-¿Le está afectando la repercusión del suceso?
-Está claro que a nadie le resulta agradable aparecer en los medios de comunicación por un suceso triste como el que ha ocurrido con mi empresa, pero las cosas sucedieron así y por tanto hay que asumirlas como vienen. Lo que realmente me resulta desagradable son algunos comentarios malintencionados de la gente contra los que no puedo luchar y que carecen completamente de todo fundamento.