Joselu, el portero de Silleda que se convirtió en el héroe del Madrid con sus goles

David Cofán Mazás
David Cofán LALÍN / LA VOZ

DEPORTES

Joselu en una imagen del año 2009, presentando el campus que organizó el Celta en Silleda
Joselu en una imagen del año 2009, presentando el campus que organizó el Celta en Silleda Miguel Souto

Quienes vieron a Joselu dar sus primeras patadas a un balón en su pueblo, a veces como arquero, recuerdan con orgullo su gran talento y ambición

10 may 2024 . Actualizado a las 08:30 h.

Con sus dos goles contra el Bayern de Múnich, Joselu Mato grabó su nombre en la historia dorada del Real Madrid. Un doblete inolvidable que no solo sirvió para conseguir el billete a Wembley, sino para llenar nuevamente de orgullo a toda Silleda, el pueblo de su infancia, donde comenzó a jugar al fútbol y al que vuelve siempre que puede para estar con los suyos, con aquellos que han seguido desde la distancia cómo su «Triana» (el apodo por el que se le conoce en la zona) se convertía en una estrella.

En cualquier rincón de la localidad el único tema de conversación ayer era Joselu, su hazaña. Cómo el inquieto hijo de Elvira, el que andaba siempre detrás de un balón, había llevado al Real Madrid a otra final europea. Todo era orgullo. «El estaba seguido detrás do balón, e na rúa onde estaba o bar da súa nai andaba a balonazos cos portais e lle chamaban a atención», comenta divertido Raúl Sanmartín, presidente de la peña madridista Joselu Mato.

Joselu (en el centro) en las categorías inferiores del Silleda, cuando alternaba la portería y el ataque
Joselu (en el centro) en las categorías inferiores del Silleda, cuando alternaba la portería y el ataque

Precisamente de ahí le viene el sobrenombre por el que le conocen sus allegados: Triana. «Eu aínda lle sigo chamando así. Segue sendo Triana, cada vez que ven a Silleda non deixa de xogar unha pachanga cos seus amigos; ou se temos cea do equipo de fútbol é o primeiro que aparece. Non se esquece de Silleda, el é de aquí», asegura Pepe Fariñas, histórico directivo del equipo en el que Joselu comenzó a jugar.

«A onde se chega ninguén o pode definir, pero era un rapaz moi espelido para a súa idade, sen dúbida o mellor xogador da comarca. Era moi bo non só no fútbol, senón en todos os deportes. Era moi coordinado para a estatura que tiña. Dedicouse ao fútbol, pero se fora a outra cousa tamén o faría ben», apunta. «No Silleda xa se lle vían moitas maneiras, pero unha cousa é iso e outra, como di el, é que sexa un dos elixidos para xogar no Real Madrid. Non todos poden chegar aí», subraya Raúl.

Con el gol en la sangre

Nico Framiñán se cruzó con Joselu cuando este competía en los alevines del Silleda. Nico jugaba con los juveniles, pero le encomendaron echar una mano al entrenador de la base. El hoy delantero de moda del fútbol español prefería ser el guardián de la portería, aunque eso sí, cuando las cosas se ponían feas no quedaba otra que recurrir a su ya por aquel entonces infalible olfato goleador. «Era unha pasada, non paraba. Metiámolo de porteiro porque era moi bo, pero cando iamos perdendo tiñamos que buscar unha solución, e era metelo arriba», recuerda.

«Xogara onde xogara o facía ben, pero daquela gustáballe máis ser porteiro», afirma.

Joselu de niño con la camiseta de la selección, 20 años de debutar con ella
Joselu de niño con la camiseta de la selección, 20 años de debutar con ella

Ir y venir de Vigo cuatro veces a la semana para entrenar con el Celta

Los inicios de Joselu no fueron fáciles. Nadie que alcanza el fútbol profesional lo tiene sencillo, y él no fue una excepción. Aún en alevines, pero ya jugando una categoría por delante, el Celta se interesó en la incipiente estrella del Silleda.

Cuatro veces por semana hacía el trayecto a Vigo de ida y vuelta. Un sacrificio que fue posible gracias al apoyo de su padrastro, el finado Ramón Barcala, que lo acompañaba para que pudiera cumplir su sueño. «O seu padrastro traballaba no Concello, acababa ás tres, collía un bocadillo e o levaba a adestrar. Noutras circunstancias non podería chegar a ser un futbolista desta categoría, o seu foi un apoio importantísimo», explica Pepe Fariñas.

Una voluntad que captó Nico cuando lo entrenaba: «Era distinto non só pola forma de xogar, senón por como vivía o fútbol, pola súa actitude».