El líder del Frente Polisario abandona España y regresa a Argelia

Mateo Balín / Colpisa MADRID

ESPAÑA

Villar López

El juez Pedraz rechaza las querellas presentadas contra Brahim Gali. El Gobierno intenta rebajar la tensión para normalizar las relaciones con Rabat

02 jun 2021 . Actualizado a las 11:52 h.

El secretario general del Frente Polisario, Brahim Gali, abandonó España esta madrugada en un avión medicalizado argelino desde el aeropuerto de Pamplona. Tras declarar por la mañana, de forma telemática, ante la Audiencia Nacional, Gali dejó el Hospital San Pedro, en Logroño, a las 21,30 horas, donde estaba ingresado desde el 18 de abril para ser tratado de covid.

El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, aseguró ayer que la «atención humanitaria» al secretario general del Polisario, Brahim Gali, había concluido y aclaró que saldría en las «próximas horas y momentos». «No tiene más sentido que permanezca en España», añadió. Las autoridades marroquíes fueron informadas «a través de cauces diplomáticos» de la salida del líder polisario, quien «portaba la documentación a su nombre con la que entró en España».

 

Interrogatorio

Gali no tenía ningún impedimento judicial para regresar a Argelia. El juez Santiago Pedraz lo interrogó ayer por las dos querellas reabiertas contra él, tras aterrizar en España el pasado 18 de abril para ser ingresado en el hospital. Pedraz, titular del Juzgado Central de Instrucción número cinco, interrogó durante dos horas por videoconferencia a Gali, de 71 años, sobre los hechos contenidos en las querellas de un colectivo saharaui y del activista Fadel Breica. Unos escritos que denuncian torturas y detenciones ilegales, entre otros, por parte del oficial y otros altos cargos del Polisario acaecidos presuntamente en los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia.

Tras escuchar a Gali desde su habitación del hospital, con evidentes síntomas de debilidad, el juez rechazó decretar prisión contra él o retirarle el pasaporte para evitar su fuga, como reclamaban los querellantes. Solo acordó que notificase un domicilio y un teléfono en España a fin de estar localizado para cualquier diligencia, mientras resuelve la petición de archivo por parte de su defensa. La Fiscalía de la Audiencia Nacional secundó la posición del magistrado.

En dos autos, Pedraz explica que «no puede apreciarse riesgo de fuga alguno» porque Brahim Gali ha mostrado voluntad para ponerse en manos del juzgado. Primero cuando tuvo conocimiento de los procedimientos penales y luego tras acceder a testificar pese a su precario estado de salud.

El juez recuerda que no puede ocultar, alterar o destruir fuentes de prueba relevantes para el enjuiciamiento, máxime a la vista de la fecha de los hechos investigados (años ochenta), y que por ahora no se han solicitado diligencias de prueba alguna y «menos aún» que el querellado pueda actuar contra bienes jurídicos de las víctimas.

Por último, indica que «el informe de la acusación no ha suministrado elementos siquiera indiciarios que avalen la existencia de motivos bastantes para creerle responsable de delito alguno».