El milagro de los ricos panes de Neda en Santa Rita: «En una hora, te hacemos una empanada»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida NEDA / LA VOZ

NEDA

Cristina Castro, al frente de la panadería Santa Rita de Xuvia mostrando sus panes
Cristina Castro, al frente de la panadería Santa Rita de Xuvia mostrando sus panes CESAR TOIMIL

Panaderías como la de Xuvia siguen la gran tradición harinera de la zona y participan en la iniciativa Neda a Petiscos

01 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué secreto tienen los bollos de Neda para que desde hace más de cuatro siglos encandilen a todo el mundo? Al frente de la panadería Santa Rita de Xuvia, Cristina Castro aporta a la vez tanta información como misterio: «El secreto es que no hay secreto, buenas harinas y las aguas de ríos como el Belelle». Semejante milagro de los panes de Neda, que alimentaron trescientos años a la flota de la Armada que partía de Ferrol, muestra su sabor estos días en la segunda edición del Neda a Petiscos (organizada por el Concello). Participan diez hornos y 16 establecimientos hosteleros: los primeros aportando pan, empanadas y dulces; los segundos sirviéndolos en tapas. Y entre ellas figura Santa Rita, siempre atenta a sus clientes hasta el punto de asegurar que «si nos encargas una determinada empanada, en una hora te la hacemos y ya la puedes recoger».

La historia del pan de Neda se inició en 1589, cuando Felipe II decidió construir la base naval y astilleros de Ferrol como respuesta a los ataques piratas de sir Francis Drake. Para alimentar a las flotas se creó en 1591 la Fábrica de Bizcocho de Neda, gigantesco edificio de 18 hornos (ya desaparecido) que surtía a 20.000 hombres durante seis meses de navegación. A tan insigne tradición se sumó la familia de Cristina Castro hace medio siglo: «Mi abuela Josefina Romero montó la primera panadería de esta saga, mis padres abrieron después otra en Narón pero hace 37 años ya se instalaron aquí; a la familia de mi abuela le llamaban los charreteros porque andaban con unos carros de caballos adornados con abalorios para vender por ahí».

Aunque Cristina se crió entre hornos, nunca trabajó de noche y siempre estuvo cara al público. Sus hermanos amasan y hornean en Toffe Santa Rita (Ultramar) y el Santa Rita de la avenida de Vigo (también en Ferrol). «Mis padres madrugaron mucho y dormían encima de un saco para trabajar, había más consumo de pan, ahora los que trabajan de noche lo hacen seis o siete horas pero sigue siendo esclavo», admite. En su caso, el pan se lo hacen dos panaderos de Neda mientras que su Montserrat Casal se encarga de empanadas y dulces. A mayores, tiene un despacho en Inferniño y dos coches de reparto para llevar a supermercados, ultramarinos, fruterías o el mercado de A Magdalena. Uno hace la ruta de Xuvia a Brión y San Felipe, otro de la carretera de O Trece a Pantín (Valdoviño)

Como explica Cristina Castro, «somos una empresa pequeñita de siete personas y artesanal, aún estiramos a rodillo y hacemos todo como hace 40 años: freímos la cebolla, los productos son de la zona, llevamos toda la vida con harinas que pasan de generación en generación (desde Castilla-La Mancha)». Por parte de la abuela, esta familia está enraizada con panaderías míticas como La Gallega o Viuda de Romero.

 

Lo más vendido, «el del país»

El pan que más vende Santa Rita es «el del país: uno con 80 % de trigo y 20 % de harina blanca, y otro con 100 % de trigo en bollos de kilo o medio kilo que aguantan frescos una semana». La receta solo es harina, agua, levadura, sal o formento (fermento), con algunos hornos de leña ante el encarecimiento del gasoil.

De su padre escuchó historias de «cuando iba a vender en carro de caballos». Aunque sea un trabajo «esclavo», apunta Cristina que «las máquinas ayudan pero la noche es para dormir, los que trabajan de noche en hornos (no es mi caso) acaban el triple de quemados pues estás de 00.30 a 07.00 de la mañana». En esas empanadas (gramadas o si gramar) que se pueden coger allí o encargar para que te las hagan en solo una hora, las hay de bonito, bacalao (con o sin pasas), carne, pulpo, zamburiñas, pollo con setas, zorza con queso. «Te las hacemos de lo que nos pidas, me llamas a las 11.00 y me pides una de bonito y a las 12.00 la tienes recién hecha», recalcan en Santa Rita.

Ya en dulces hay proia, bica gallega, bica de naranja, bizcochada o bolla de azúcar. Todo listo para endulzar a la ría de Ferrol.