Ourense tiene una decena de casos activos de personas desaparecidas

m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Un buzo de la Guardia Civil busca a una mujer desaparecida en el río Arenteiro de O Carballiño.
Un buzo de la Guardia Civil busca a una mujer desaparecida en el río Arenteiro de O Carballiño. Santi M. Amil

Desde enero se busca a las dos últimas en O Carballiño y en la Raia de Oímbra

13 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Diez personas desaparecidas en la provincia de Ourense en los últimos años siguen figurando en los registros de los organismos oficiales y de las organizaciones que dan cuenta de este tipo de sucesos. Actualmente son dos las búsquedas activas de desaparecidos recientes, la de María Ángeles Míllara, la mujer de 54 años que falta desde el 14 de enero de este 2024, y la del ciudadano portugués João M. Magalhães, de 69 años, a quien se le perdió la pista el 9 de enero en la zona fronteriza entre Oímbra y Montalegre.

Por ahora no hay resultados en los rastreos y las familias de ambos siguen esperando respuestas. Los buzos de la Guardia Civil recorrieron la zona del río Arenteiro cerca del parque municipal de O Carballiño, el último lugar a la que dijo que se dirigía María Míllara el día que desapareció. En el caso del hombre luso, se encontró su coche cerca de Videferre (Oímbra). La policía judicial de Portugal se sumó a la investigación sobre esta desaparición. Se examinó el vehículo sin que se encontraran indicios de la intervención de terceras personas. Además de voluntarios y de miembros de los cuerpos de seguridad de España y Portugal, se empleó la tecnología de drones para buscar a este desaparecido en una zona montañosa. Hasta ahora, sin éxito.

El caso anterior que sigue sin resolverse es el de Marcial Manteiga, un vecino de la aldea de Regueiro de Boborás, que desapareció el 1 de abril del 2022. Como caso activo todavía figura también el de la desaparición de José Ángel Abadín Rodríguez, en O Pereiro de Aguiar, una denuncia que se formuló en agosto del 2020. SOS Desaparecidos tiene todavía la imagen del desaparecido en Casaio (Carballeda de Valdeorras) en el 2017, Ervigio Carrera, solicitando la colaboración ciudadana para encontrarlo. En abril de ese mismo año se denunció la ausencia de Belén Rodríguez, vecina de la ciudad que tenía una casa de turismo rural en Trives. Su búsqueda no dio tampoco resultado. En idéntica situación están los casos de Jesús Bermejo, desaparecido en A Rúa en el año 2015, de Gumersinda Raña, que salió un domingo de febrero de hace casi diez años de su casa de Barroso (Avión) y no se la volvió a ver. Y todavía hace más tiempo de la desaparición, en el 2011, de la vecina de A Veiga Catalina Macías. El caso de Elías Carrera, un taxista de la ciudad, cuya desaparición denunció su familia en el 2013, todavía figura entre los desaparecidos en Ourense en la web de la Policía Nacional. Solo dos casos, un hombre en el 2022 y una mujer en el 2020, se reflejan como ausencias involuntarias.

Son una decena de situaciones sin resolver, si bien la mayoría de las denuncias por desapariciones acaban cesando. Así, según la estadística del Centro Nacional de Desaparecidos del año 2022 —el último con datos completos publicados—, hay diez denuncias activas. Sin embargo, hubo muchas más notificaciones que ya se encuentran cesadas o resueltas, concretamente 54 de hombres y 37 de mujeres. En el año 2019, hubo todavía más: 84 masculinas y 56 femeninas, ya cerradas. La mayoría cesan por el retorno del desaparecido o porque el denunciante pide que se cierre.

Según el informe anual de personas desaparecidas publicado en el 2023, a nivel nacional el 94,7% de las denuncias están resueltas y 2,3% activas. En España, tres de cada cien casos corresponden a jóvenes tutelados que se van de los centros de menores. La estadística refleja que la mayor parte de las denuncias que se ponen (un 65,4%) son de menores y un 34,6% son de personas de más de 18 años. De los once casos de menores ausentados registrados en Galicia en el 2022 ninguno era de Ourense.

Días o años para encontrar rastros en parajes naturales de difícil acceso

Con el paso de los días tras una desaparición suelen desvanecerse las probabilidades de que aparezcan con vida las personas a las que se busca. Aunque los hallazgos sean dolorosos por el desenlace de fallecimiento, encontrar el cuerpo o los restos del ser querido aporta al menos algo de paz a los familiares después de mucho tiempo de incertidumbre. En los últimos meses, dos de las desapariciones que estuvieron activas en Ourense se dieron por cesadas. En un caso, tras una semana de búsqueda, en el río Arenteiro se encontró el cuerpo de Concepción Vázquez, vecina de Arcos de 79 años que se perdió el 9 de diciembre. En noviembre del año pasado se encontraban en Allariz unos restos óseos que se confirmó, con pruebas del ADN, que pertenecían a Julio Fernández, un hombre de 90 años que desapareció en el año 2017. Se le buscó en el río Arnoia, pero estaba en otra zona de Allariz, cerca del antiguo castillo.