La isla que surtió de salazón a Roma

SOCIEDAD

GEAAT / UVIGO

Los primeros vecinos de Ons vivieron en un poblado amurallado en Castelo dos Mouros, construido antes de la llegada del Imperio y que vivió su esplendor con la industria pesquera en el cambio de era

27 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Castelo dos Mouros es el sugerente nombre que hoy en día recibe un poblado, de grandes dimensiones y amurallado, que hace más de dos mil años era el epicentro de la presencia humana y de la actividad comercial en la isla de Ons. El tesón y buen hacer de los arqueólogos del Grupo de Estudos de Arqueoloxía, Antigüidade e Territorio (GEAAT), vinculado a la UVigo, ha permitido ir, poco a poco desvelando el misterio que envuelve este pasado remoto de una de las islas ubicadas a la entrada de la ría de Pontevedra.

Varias campañas impulsadas por el Parque Nacional Illas Atlánticas de Galicia, gestionado por la Consellería de Medio Ambiente, han dado como fruto hallazgos que los visitantes podrán conocer al acercarse a una sala —inaugurada esta Semana Santa— en el centro de interpretación de Curro y al seguir un itinerario señalizado con paneles desde este entorno hasta la playa de Canexol y la ladera que la domina, en la cara oriental sur de la isla. En la parte superior de esta pendiente se alza esa antigua localidad cuyo nombre primitivo desconocemos.

Los descubrimientos han demostrado que Ons, lejos de ser una isla perdida en una esquina del Imperio que dominó el mundo conocido por los eruditos de la Ciudad Eterna, fue una pieza importante del sistema de explotación de los recursos marinos y una de las etapas, cual estación de servicio de una autopista, en las rutas por mar que bordeaban la Gallaecia.

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En tan solo tres campañas se han encontrado: un complejo industrial romano de salazón con varias factorías, la primera instalación de fabricación de púrpura con las glándulas de un bivalvo hoy extinto en las rías, un tesorillo de monedas de cobre escondido en la esquina de una casa y una muralla que conserva en algunos tramos hasta tres metros de altura y que rodeaba el poblado. No está nada mal para un enclave del que hasta que comenzaron las primeras excavaciones no se sabía nada y cuyo valor o interés ni se intuía.

Ons estaba bien ubicada para servir como parada para el tráfico marítimo que ya frecuentaba nuestras costas incluso antes de la llegada de las legiones. Los arqueólogos del GEAAT han encontrado esta misma semana la segunda vivienda de planta circular en el área de trabajo marcado para este mes. Son las evidencias de que el poblado es prerromano —los materiales encontrados por el momento datan del siglo I antes de Cristo. Su integración en el sistema político y económico de Imperio lo acrecentó y amplificó su proyección comercial. Se construyeron entonces las factorías de salazón en la playa de Canexol y se levantaron en la aldea casas de planta rectangular, una de ellas en proceso de excavación. Esta localidad siguió siendo habitada hasta bien entrado el siglo IV de nuestra era.

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Su abandono es todavía un misterio, envuelto en los siglos oscuros. Cuando Ons volvió a ser habitada, al parecer, sus vecinos reutilizaron su muralla como terraza agrícola, pero ya no sabían quién había vivido allí y por eso lo atribuyeron a los mouros, seres míticos antiguos de la mitología tradicional gallega.

Junto al mar

En la playa de Canexol hay factorías romanas de salazón y una de púrpura

En la ladera

El poblado antiguo está en el monte en el lugar de Castelo dos Mouros