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Investigadores de Lugo quieren patentar un método de trabajo contra la «rata toupa»

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS LUGO / LA VOZ

GANADERÍA

Pablo Sánchez Quinteiro y Sara Ruiz están satisfechos de poder ayudar a ganaderos a combatir este problema en sus pastos
Pablo Sánchez Quinteiro y Sara Ruiz están satisfechos de poder ayudar a ganaderos a combatir este problema en sus pastos PALACIOS

Utilizan una sustancia líquida, que se mete en las cavidades subterráneas y logra reducir la reproducción del animal

02 feb 2024 . Actualizado a las 08:21 h.

La lucha contra la rata toupa, cuya presencia causa desde hace años problemas en prados de varias zonas de España y que en la montaña de Lugo es particularmente intensa, puede hacerse con sustancias que imitan productos naturales. Su empleo consiste en meterlos en cavidades donde ese animal tiene su hábitat para que actúe como un inhibidor de las ansias reproductoras. Los animales lo notan por el olfato, y el estrés que les causa esa percepción coloca en un segundo plano la función reproductora.

La solución fue encontrada por investigadores del campus de Lugo (USC) que desde hace años trabajan en el control de la plaga. Su trabajo ha avanzado hasta el punto de que pueden llegar a patentar un método, aunque ese último paso dependerá de la intervención del sector privado y de factores que ya no forman parte del ámbito académico.

Pablo Sánchez Quinteiro, profesor del área de Anatomía de la Facultade de Veterinaria, y Sara Ruiz, veterinaria que prepara su tesis doctoral en ese departamento del Campus Terra, lograron elaborar un producto que el docente define como natural y que consigue que la rata toupa se comporte como si tuviese cerca un depredador —un zorro, por ejemplo—.

La sustancia es líquida, se forma con elementos que causan una sensación similar a la de la orina de un depredador y se introduce en pequeñas dosis en las galerías donde la rata toupa suele tener su hábitat. Se mezcla con parafina para que su efecto sea más duradero. Sánchez Quinteiro explica que si se introdujese en estado líquido, se diluiría antes y su efecto sería menor.

El producto se probó en Triacastela, un municipio en donde la rata toupa causó graves perjuicios a prados de gran importancia para explotaciones de ganadería. El primer ensayo se llevó a cabo en el otoño del 2002 y duró unos dos meses; el segundo se aplicó en la primavera del 2023 y fue algo más largo. La elección del momento para realizarlos no fue causal, sino que, apunta Sánchez Quinteiro, se escogieron los momentos del año de más reproducción de la especie.

La rata toupa puede tener hasta siete partos al año, con una media de cuatro o cinco crías en cada uno. Lo que se buscaba era algo que resume con claridad la veterinaria Sara Ruiz: «Que no haya sobrepoblación», subraya. Lo que este ensayo ha probado, como los dos investigadores destacan, es que se puede luchar contra la plaga con métodos naturales.

Hasta ahora se está trabajando con trampeos, que no siempre producen el resultado previsto. Hay que tener en cuenta que la rata toupa es un animal herbívoro —se diferencia, por ejemplo, del topo, que es omnívoro— y que el daño que causa en los prados resulta grande. Coge las raíces y logra meter la planta hacia la galería, con lo cual el terreno queda muy dañado. Hay ganaderos que roturan sus fincas, pero no por ello se libran de los perjuicios. «Es frustrante», admite Sánchez Quinteiro.

Una posible patente

Con este método, de todos modos, parece haberse logrado un sistema eficaz, hasta el punto de que podría desembocar en la creación de una patente que comercializase el producto. Elaborarlo, como explica el docente, no entraña particular dificultad, aunque el reto está en lograr que sea eficaz dentro de las galerías. Colocándolo en un pequeño envase que lleve parafina permite que no se diluya y que el efecto sea más largo. «Así puede durar un mes», subraya Sara Ruiz.

Además del trabajo de campo, en el proyecto hubo una fase de investigación que se realizó en colaboración con el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida) del Principado de Asturias, comunidad en la que también se padecen los efectos de este animal. La situación es similar en otras zonas del norte peninsular e incluso en Francia, en donde, manifiesta Sánchez Quinteiro, hay potentes grupos de investigación dedicados a esta cuestión.

Tras los ensayos de campo, cuya repetición no se descarta aunque se pretende realizar también experimentos en laboratorio, en estos momentos se están analizando y procesando los datos para saber con exactitud la eficacia del método. Mientras tanto, Sara Ruiz afirma que «los ganaderos están encantados de que la ciencia se traslade al rural».

Un problema que se agudizó tras aparecer hace ahora quince años

Hace ahora cuatro años, municipios del sur y del este de Lugo vivían la presencia de la rata toupa como un grave problema. Pasaban de 1.600 las hectáreas, repartidas entre casi 3.000 fincas, afectadas por la plaga. As Nogais, Baralla, Cervantes, Folgoso do Courel, Navia de Suarna, Pedrafita do Cebreiro, Samos y Triacastela eran los concellos donde el problema adquiría más virulencia. Sin embargo, no era la primera vez que aparecía, puesto que hace quince años, en el 2009, se habían registrado los primeros casos. Entonces se decidió utilizar cebos, que por la amplitud del problema obligaron a aguzar el ingenio: así, se llegó a construir, en Meira, una máquina que funcionaba enganchada a un tractor.