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Atalanta recomienda hacer simulacros de ataques piratas antes de navegar por Somalia

Somos Mar REDACCIÓN / LA VOZ

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EUNavfor

La misión naval de la UE mantiene el nivel de riesgo moderado a pesar de que ha transcurrido una semana sin producirse ninguna tentativa de asalto

02 abr 2024 . Actualizado a las 04:45 h.

Se acabó la tranquilidad. Esa calma vigilada que reinaba en las costas de Somalia se rompió en noviembre pasado, cuando los piratas tuvieron éxito en el asalto al mercante iraní Almeraj1 y culminaron el que fue su primer secuestro en años, desde el 2017, según la información de la Oficina Marítima Internacional (IBM, por sus siglas en inglés). Y a ese éxito siguieron otros varios, como los de los mercantes Ruen y Abdullah (ya liberados), pero sobre todo de pesqueros, mayoritariamente iraníes o de Yemen.

Y aunque, según el mando de la operación Atalanta, no se ha tenido constancia de ataques ni tentativas en una semana, la misión naval de la UE mantiene en moderado el nivel de riesgo e insta a las embarcaciones que navegan en la cuenca somalí o frente a ella a extremar la vigilancia. Además, recomienda «encarecidamente» a todos los buques que, antes de entrar en aguas frente a Somalia —al menos a unas 700 millas náuticas, o 1.300 kilómetros— realicen simulacros y sigan las directrices marcadas por el código BMP de las mejores prácticas de gestión contra los piratas, que ya va por su quinta versión. Ocurre que la escalada reciente en las amenazas de piratería podría subir más de grado ahora que ha finalizado la época del monzón, lo que permite a los delincuentes alejarse más de la costa.

La información recabada por la Euvnafor (nombre oficial de la operación Atalanta) le lleva a suponer que hay al menos cuatro bandas de piratas que actúan fuera de la costa somalí y, en base al lugar de las últimas tentativas, uno de ellos podría estar activo al norte de la isla de Socotra, en el golfo de Adén.

Además, Atalanta ha identificado varios asentamientos de los que sospecha que son campamentos piratas y que están situados entre el cabo Xaafuun y el pueblo de Garacad, con epicentro en Eyl, más al norte de Harardhere, antiguo foco de la piratería en el que se celebró por todo lo alto el pago del secuestro del atunero vasco Alakrana. Lo sospechan porque allí estuvo amarrado el Ruen durante varias semanas, hasta que fue trasladado a otra zona, posiblemente para cubrir las carencias de la falta de agua.

El modus operandi no difiere mucho del que los piratas utilizaban cuando tomaron el control del atunero de Echebastar y a su tripulación como rehenes. Los delincuentes secuestran pequeños pesqueros, tipo dhow, con los que se camuflan de pescadores profesionales, y desde los que saldrán los esquifes (lanchas rápidas) desde los que perpetrarán el asalto. Si tienen éxito, se llevan hacia la costa el pesquero, mercante o embarcación que consigan para continuar desde allí las negociaciones para su liberación, que comienzan al poco de tomar el control.